Karl Lagerfeld es inmediatamente reconocible por sus rasgos particularmente característicos. Estos códigos de firma están indisolublemente ligados al diseñador y se han convertido en una identidad real. Cada creación es un símbolo, porque está diseñada por el propio Karl. Es fresco y de mente abierta y crea objetos extravagantes, salpicados de un toque de ironía.